Pasa la tarde sin sal
y la noche, ciega de nacimiento,
siembra de soles negros el pensamiento
Me desvinculo del piano oscuro
cuando el ferrado cansancio
me sabe a puro rancio
Pasa la brisa sin son
donde más allá de mí misma
iridice la púa del cisma
Siquiera quiero estar
entre los ropajes de la conciencia
que hace espuma tu querencia.
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